Al
encontrarme con mi Maestro, me prohibió leer libros, periódicos, no teníamos
tele y no nos dejaba escuchar la radio, apenas me enteraba lo que pasaba en el
mundo y por las cartas de la familia, algo, pero poco de España.
Cuando no
te dejan saber nada más que lo que alguien te explique, pues lo vi claro: “Sería un
adoctrinamiento y me enseñaría a ser como él, o como me dijera”, por eso cuando al final no me enseñó nada, me quedé un
poco perdido. Me hablaba en japonés y yo le contestaba en inglés, explicaba o
contaba cosas en japonés para todos, de lo que a veces alguno me traducía algo,
si me traducían varios lo que había dicho, podía tratarse de un montón de temas
diferentes según lo que me traducían. Al final fue lo mejor, porque si lo
hubiese entendido, no habría aprendido lo que habían entendido los otros, con
lo que con una sola conversación aprendía muchas.
Un día nos
habló y fue traducido, lo de la Gran Duda planteada por Buda, lo primero, como
es natural que se entienda: “En la vida no te puedes fiar de nadie, que hay que asegurarse de
lo que te dicen, y que lo mejor es desconfiar hasta de uno mismo”.
Posteriormente
aprendí algunas frases, explicaciones y opiniones sobre la naturaleza de la
Gran Duda. La Gran Duda es despertada por el deseo de encontrar la Verdad, pero
también se desarrolla, trabaja y se emplea como medio de llegar a ella con el
trabajo y dedicación a la práctica con Koan.
Dos de las frases conocidas por la mayoría de los que
conocen algo de budismo, son: “No creáis nada por el
simple hecho de que muchos lo crean o finjan que lo creen; creedlo después de
someterlo al dictamen de la razón y a la voz de la conciencia”.
“Gran duda, gran iluminación. Pequeña duda, pequeña iluminación.
Ninguna duda, ninguna iluminación”. (Proverbio Zen)
Para
muchos, esto es parte de la resolución de la Gran Duda, el conocimiento del
budismo, el aprendizaje de las respuestas, creemos a veces sin darnos cuenta,
que la resolución intelectual de la duda nos ofrecerá la respuesta.
Hay dos puntos que podrían indicarnos la
verdadera Naturaleza de la Gran Duda, en el koan, las respuestas desde
cualquier ángulo más o menos espiritual o razonadas, no sirven para encontrar
la respuesta correcta, hay que fundirse con el koan, identificarse con él, para
desarrollar al máximo la Gran Duda, para la Gran Iluminación.
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