En una época en la que gobernaba el
PP, salieron varios casos, entre ellos el Púnica y el de Cifuentes, junto con
otros muchos.
La Fiscalía, los abogados del estado, todos
aplaudieron la separación de poderes y el que los jueces llevasen hasta las
últimas consecuencias sus investigaciones.
Y los jueces trabajaron, investigaron
y sentenciaron.
Hoy tenemos un gobierno, de la línea
de Andalucía, que verdaderamente no tiene que ver con el socialismo o con la
izquierda. Pareciendo más lo que llaman ellos mismos dictadura franquista.
Se expulsa de sus cargos a los mandos
de las fuerzas de seguridad, se le ordena o intenta ordenar a la Juez que
investiga el caso, igual que se hizo con la Juez Alaya.
Se menosprecia a la guardia civil y su
actuación, tan ensalzada cuando en cumplimiento de sus funciones investigaron
al PP.
Cuando las personas, que eran tan
buenos ciudadanos, cuando salieron los pagos de favores de gente del PP. Son ahora
mentirosos, cuando dicen que pagaron 1 millón de euros a gente del PSOE.
Pero son los abogados del estado y la
fiscalía, los que protestan, siendo los poderes que presuntamente deben
defender la honestidad y el correcto ejercicio de funciones, en su servicio a
los ciudadanos de los políticos.
Los mismos que poco a poco, cumplen
con las promesas hechas a los independentistas por su apoyo, al ser enjuiciados.
Y es que decir que se es demócrata y
progresista, a veces es porque si no se lo dicen ellos, nadie lo haría.
Parece mentira, que siglos de poderes
diferentes, sistemas diferentes de gobierno, hayan servido para el continuismo
de que lo mejor es no mover las alfombras, pues sin importar cuál, dónde o de
quién, si la mueves salta la sorpresa.
Menos mal que estamos en una
democracia, y el derecho de pernada y el de decidir sobre la vida y hacienda de
los vasallos han sido erradicados como derechos. Ahora continúan, pero por
abuso de poder o violación de derechos, funciones, y lo que sea necesario para
privar de dignidad a los ciudadanos.
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