No pretendo molestaros

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Yui Shin

viernes, 30 de abril de 2021

CIELO E INFIERNO

           En nuestra concepción de la existencia, en ese mirar la dualidad como separación y oposición de extremos y polaridades, nos ha llevado a concebir en la filosofía y en las religiones, un Universo donde hay dos energías opuestas en constante lucha, algo que se mantendrá eternamente.

          El Universo del Bien: Cielo, Espíritu, Amor, Dios.

          El Universo del Mal: Infierno, materia, indiferencia, odio, rencor, envidia, Demonio.

          Y un Universo de Limbo, donde mostrarnos, a veces como ciudadanos de uno u otro Universo.

          Esta confrontación entre el Bien y el Mal, no es sólo en nuestra manifestación, en el vivir diario, en nuestra dualidad animal-humana, sino que trasciende nuestro Universo y llega al de los dioses, al Olimpo donde vive el Dios de la religión, que nos describe Su relación con lo creado.

          Hay un Juicio Final, en el que seremos catalogados como ciudadanos de uno u otro Universo, donde existiremos eternamente.

          Un Universo de Felicidad y otro de Sufrimiento. Algo que nos han contado y hemos creído, sin molestarnos en pensar y trasladar nuestras vivencias, a esa Eternidad donde viviremos sin posibilidad de cambio.

          Cuando leemos o nos hablan del infierno, vemos el sufrimiento: Olor de azufre, fuego, enfermedad, el mal rodeándonos, sin agua, sin manjares, sin nada de cuanto ambicionamos y deseamos en esta vida, que nos marcará nuestra existencia eterna.

          Olvidamos que lo bueno de la Dualidad es que los resultados y lo que determina el nombre, es por comparación entre dos cosas o aspectos diferentes.

          Si sólo olemos hedores, no será un olor bueno o malo, pues es el que hay constantemente y ni tan siquiera lo notaremos.

          Oponemos un bien a otro, un mal a otro, tratando de dilucidar o establecer cuál es más correcto.

          Encontramos una verdad que es opuesta a todo lo demás, al convertirlo en mentira.

          Creemos que hay un Universo de Sufrimiento, pero no puede haberlo al ser lo único que se manifiesta, el sufrir proporcionará Felicidad al Sufrimiento, sin saber que se llama felicidad o que Él es Sufrimiento.

          Fuera de la Dualidad no hay Cielo ni Infierno, no podemos existir única y eternamente en uno de ellos, porque en ellos no hay separación de opuestos, al haber Sufrimiento o Felicidad. La Felicidad tendrá que aceptar el Sufrimiento, si quiere conocer la felicidad. El Sufrimiento encuentra en el sufrir su Felicidad, sin saberlo.

          El cielo y el infierno, tienen existencia en la Eternidad, porque mientras sepamos de su existencia, permaneceremos en la Dualidad, en la que es la carencia de una de las polaridades lo que manifestará la otra, sin que podamos eliminar nosotros esa polaridad que tiene que seguir existiendo en nuestro ser, para poder reconocer su opuesto.

          Somos los creadores de ambos en nuestro vivir, pues la búsqueda o el deseo de encontrar uno, nos obligará a manifestar el otro. Mientras tengamos consciencia de ser, mientras existamos como individualidad que tiene que existir en el tiempo para ser eterna, estaremos existiendo en ambos Universos.



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