Atrás quedaron los tiempos en que la
peste negra u otra enfermedad, destruían y casi hacían desaparecer nuestra
presencia.
Todavía quedan algunas tribus que en
contacto con el exterior, pueden desaparecer al no tener defensas, para lo que
les llevan, cosas nuevas nunca vistas antes por sus miembros.
Encontramos vacunas, que nos ayudaban
a crear defensas en nosotros ante las enfermedades bíblicas y antiguas, vacunas
que nos ayudaban a desarrollar defensas para las nuevas.
Con las primeras vacunas, algunas
enfermedades fueron prácticamente erradicadas, reducidas a presencia residual
de un mal que nos aquejaba y atemorizaba.
Bacterias y virus, que aprendimos a
modificar y hacerlos armas con las que atacar a nuestros enemigos o que nos
ayudasen a derrotar y apoderarnos de lo de los demás.
Obviamente la Tierra, el Universo, la
Vida se manifiestan como equilibrio. La disminución o debilidad en una mitad,
es compensada aumentando o disminuyendo la otra mitad, fortaleciendo o
debilitando la otra mitad.
Cuando somos atacados, si no
encontramos cómo defendernos, el equilibrio suele ser la desaparición de quien
no se adapta, de quien no encuentra unas defensas que le protejan de la
fortaleza o agresividad del atacante.
Pero inmediatamente, al ser atacado a
su vez, el atacante tiene que defenderse, lo que lo convierte en un círculo
vicioso, hasta que uno de los contendientes muere o desaparece vencido.
Nosotros usamos nuestra mente, podemos
encontrar atajos que no pueden alcanzar por su mente las bacterias o los virus,
descubrimos armas para atacar, más que para defendernos. Pero olvidamos que el
equilibrio en la Vida, carece de Discriminación, por lo que los ciclos de
adaptación de nuestros enemigos, es mucho más rápido que los nuestros.
Hemos ayudado y creado cambios en la
estructura de las proteínas, miles de años después, aún carecemos de las enzimas
que las abran para poder asimilarlas. Carecemos de enzimas que nos permitan digerir
y asimilar, proteínas que entran nuevas en nuestra alimentación, creando
intolerancias y alergias.
Las vacunas ayudan a nuestro sistema a
crear defensas, pero si atacamos al virus o la bacteria que deseamos eliminar,
estas con la ayuda de la Vida, su imparcialidad y carencia de discriminación,
les permitirá crear sus defensas, más rápidamente de lo que nosotros creamos
vacunas, porque las tendremos que crear para defendernos de sus mutaciones, que
ocurrirán mientras tengan que defender su existencia, al igual que nosotros
seguimos adaptándonos a las circunstancias, que antes eran creadas de forma
natural por la convivencia y ahora se crean por una Tierra que se defiende de
nuestros ataques´
El ataque y la defensa, muestran el equilibrio
entre los contendientes.
La Vida no puede favorecer, ayudar o
desfavorecer y negar su ayuda, a uno u otro. Por lo que el desarrollo de las
defensas, será equilibrado por Ella, esa Vida que somos ambos contendientes y que
será la única vencedora de la contienda, incluso si desaparecen los
contendientes.