El Universo del Bien: Cielo, Espíritu,
Amor, Dios.
El Universo del Mal: Infierno,
materia, indiferencia, odio, rencor, envidia, Demonio.
Y un Universo de Limbo, donde
mostrarnos, a veces como ciudadanos de uno u otro Universo.
Esta confrontación entre el Bien y el
Mal, no es sólo en nuestra manifestación, en el vivir diario, en nuestra
dualidad animal-humana, sino que trasciende nuestro Universo y llega al de los
dioses, al Olimpo donde vive el Dios de la religión, que nos describe Su
relación con lo creado.
Hay un Juicio Final, en el que seremos
catalogados como ciudadanos de uno u otro Universo, donde existiremos
eternamente.
Un Universo de Felicidad y otro de
Sufrimiento. Algo que nos han contado y hemos creído, sin molestarnos en pensar
y trasladar nuestras vivencias, a esa Eternidad donde viviremos sin posibilidad
de cambio.
Cuando leemos o nos hablan del
infierno, vemos el sufrimiento: Olor de azufre, fuego, enfermedad, el mal
rodeándonos, sin agua, sin manjares, sin nada de cuanto ambicionamos y deseamos
en esta vida, que nos marcará nuestra existencia eterna.
Olvidamos que lo bueno de la Dualidad
es que los resultados y lo que determina el nombre, es por comparación entre
dos cosas o aspectos diferentes.
Si sólo olemos hedores, no será un
olor bueno o malo, pues es el que hay constantemente y ni tan siquiera lo
notaremos.
Oponemos un bien a otro, un mal a
otro, tratando de dilucidar o establecer cuál es más correcto.
Encontramos una verdad que es opuesta
a todo lo demás, al convertirlo en mentira.
Creemos que hay un Universo de
Sufrimiento, pero no puede haberlo al ser lo único que se manifiesta, el sufrir
proporcionará Felicidad al Sufrimiento, sin saber que se llama felicidad o que
Él es Sufrimiento.
Fuera de la Dualidad no hay Cielo ni
Infierno, no podemos existir única y eternamente en uno de ellos, porque en
ellos no hay separación de opuestos, al haber Sufrimiento o Felicidad. La Felicidad
tendrá que aceptar el Sufrimiento, si quiere conocer la felicidad. El
Sufrimiento encuentra en el sufrir su Felicidad, sin saberlo.
El cielo y el infierno, tienen
existencia en la Eternidad, porque mientras sepamos de su existencia,
permaneceremos en la Dualidad, en la que es la carencia de una de las
polaridades lo que manifestará la otra, sin que podamos eliminar nosotros esa
polaridad que tiene que seguir existiendo en nuestro ser, para poder reconocer
su opuesto.
Somos los creadores de ambos en
nuestro vivir, pues la búsqueda o el deseo de encontrar uno, nos obligará a
manifestar el otro. Mientras tengamos consciencia de ser, mientras existamos
como individualidad que tiene que existir en el tiempo para ser eterna,
estaremos existiendo en ambos Universos.