EQUILIBRIO

          Quizás, lo que olvidamos siempre al crear nuestra dieta es que:

          Si hay muchas plantas: crece el número de insectos que les gustan esas plantas. Crece el número de animales que les gusta esas plantas.

          Cuando crece el número de insectos, crece el de aves que comen esos insectos.

          Cuando crece el número de aves que comen esos insectos, aumentan sus depredadores.

          Si ese equilibrio se rompe: Aparecen las plagas, que, al terminar con su alimento, desaparecen comenzando otro nuevo equilibrio.

          Si comemos vegetales, o usamos insecticidas o aparecerán insectos que se alimentan de las verduras que comemos.

          Si protegemos a los animales, estos encontrarán el equilibrio en un espacio que les protege, desarrollando pocas defensas.

          Tarde o temprano, aparecerán las enfermedades o los depredadores, que equilibren su número con el resto de manifestaciones de Vida.

          Pero obviamente, si lo que buscamos es un lugar donde nuestra vida sea confortable y protegida nuestra especie, el resultado es, que habrá que ayudar a la Naturaleza a que desaparezca todo aquello, que suponga un peligro para nosotros.

          Por lo que la Naturaleza al desaparecer espacios, bosques, hábitats donde viven animales que no nos son útiles económicamente y suponen un gasto o un peligro, desaparecerán o se extinguirán.

          Entonces la Naturaleza, tendrá que encontrar el equilibrio entre las especies que queden. Y bien por enfermedades o la creación de depredadores de las especies que se transformen en plaga o excesivamente predominantes, para equilibrar el número de supervivientes de las especies dominadas.

          Así ha funcionado la Tierra y las especies que se han manifestado siempre y en cada momento como parte de ella.

          Cualquier cambio, por pequeño que sea, obliga a reequilibrar toda la Tierra.

          El dejar de comer carne o pescado, dejar de comer cualquier producto animal, nos llevaría a desequilibrar la Tierra que hemos ayudado a crear.

          Al aumentar el número de animales, el mundo vegetal tendría que reequilibrarse, creando más bosques, más espacio verde, más insectos, más alimento para esos animales que dejarían de ser alimento a su vez.

          Lo que haría que aumentase el número de sus depredadores, para equilibrar su número.

          Cuando no, tendrían que desaparecer o extinguirse, por la economía, por el desinterés, o bien por medio de enfermedades por ser innecesarios.

          Y es que podemos desear la forma de vivir que queramos, pero es la Tierra la que encontrará el equilibrio en esa relación de sus manifestaciones.

          Nada que tome forma o exista en la Tierra, puede hacerlo si no tiene su utilidad, siendo pieza imprescindible en el equilibrio de su manifestación.

          Tenemos casas, carreteras, campos de cultivo, que impedirían la existencia de bosque suficiente para los animales en estado salvaje o natural.

          Tendríamos también que permitir que nuestras mascotas viviesen en libertad, no para hacernos compañía o darnos el cariño o amor, que somos incapaces de darnos entre nosotros.