Hay momentos en la vida del buscador,
que desesperado tratando de encontrar lo Inexistente, siente la frustración de
estar encontrándolo.
No hay
peor sentimiento para el verdadero buscador que levantarse en la mañana y
encontrar que ha dormido con Buda, que está mirando frente a frente la cara de
Dios, que Buda se sienta a los pies de su cama.
Es
entonces, cuando descarga esta frustración con quienes le rodean, tratando de
inculcarles la Verdad, de ayudarles a vivir en la Felicidad, en lo Correcto en
la Mente de Buda.
En uno de
esos momentos, un discípulo fue a ver a su Maestro. Tras años de estar
enseñando y ayudando a las gentes del pueblo, habiendo recibido la transmisión
autorizándole a transmitir la Mente de Buda, sus enseñanzas. No conseguía que
nadie le siguiese, que nadie abrazase la Verdad que con tanto amor trataba de
darles.